Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Este año se centrará de forma especial en la prevención del suicidio. Según los últimos estudios, cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo, lo que se traduce a alrededor de 800.000 personas al año.
Por desgracia es un tema que en mi familia hemos sufrido y seguimos sufriendo desde muy cerca.
Hoy publico este humilde homenaje que dedico a todos los enfermos y familiares que sufren silenciosamente los estragos de las enfermedades mentales. No olvidemos nunca que nadie está a salvo de sus garras.
Lo que queda
Lo que queda de ella
balbucea palabras ininteligibles.
Pierde la mirada en acontecimientos
que sólo ella percibe.
Se arrastra por un patio de rosas amputadas.
En su lugar, brotan de las jardineras
cientos de cadáveres de pájaros
que, en sus fantasías, echa a volar hacia la playa.
Lo que queda de ella ha perdido su forma,
le ha oscurecido la piel.
Camaleón nocturno que, con suerte,
nunca abre los ojos después de la dosis de las diez.
le ha oscurecido la piel.
Camaleón nocturno que, con suerte,
nunca abre los ojos después de la dosis de las diez.
Aún tiene dos manos, pero son torpes,
como guantes de boxeo.
Con ellas golpea el aire viciado,
esperando abatirlo por KO.
Peleando a la contra con un pasado
que le sonríe desde la tumba.
Contra un futuro que se fuma sus cigarrillos
y se los apaga en la piel.
Son lunares, se miente,
cuando le preguntan en la consulta.
Voy a dejarlo, promete burlona
cuando la pastilla de las tres le devuelve,
por unos instantes, la sonrisa.
Le gusta jugar al escondite con la muerte.
La busca debajo de las ruedas,
cruzando la autopista.
En los precipicios del Orfidal,
en los dientes de los viejos cuchillos de cocina
o en los cristales rotos de las ventanas
por las que ha intentado lanzarse tantas veces.
Esperando que la muerte la encuentre
después de contar hasta diez.
Aplastada contra la acera,
o en un banco del parque, congelada,
sin que nadie pueda reconocerla.
Lo que queda de ella es una vieja muñeca de trapo,
sin pies ni cabeza.
El muñón de un espíritu inmundo,
que se fuma los puros robados con el ombligo,
y la esperanza puesta en el más allá,
del que es huésped desde su prenatalidad.
© Laura Santiago Díaz. De El laberinto de mi voz (Ediciones en Huida)
Imagen extraída de: https://vanguardia.com.mx/sites/default/files/20180723112138_179_0.jpg

Una respuesta a “Día Mundial de la Salud Mental”
Desgarrador. Real. Tan real. Te quiero Laura. Sensible. Artista.