Como abre sus entrañas al agua
la tierra seca, me abro a ti,
manantial de los tiempos.
Me abro hasta la raíz
y escribo agradecida,
con la tinta de estas venas.
Acaso por amor,
acaso por temor
o por necesidad.
Me abro, para entregarme
desesperadamente a la esperanza.
Borrándome, si es necesario,
con tal de evitar lo que queda
de lo poco que fui
de lo poco que soy
de lo poco que seré,
si no me riegas.
© de la imagen y del poema, Laura Santiago Díaz (inédito)
